jueves, 5 de enero de 2012

Procesos y descargos

¿Dónde dice: Se busca poeta, buena remuneración?
El lado oscuro del corazón, Eliseo Subiela (1992)




Una araña tigre de patas flacas y peludas. Con el cuerpo manchado y pequeño. Crea telas invisibles que se pegan en las murallas, en los rincones polvorientos donde pueda atrapar a esas moscas casi invisibles o esas arañas menores, bastante ágiles y venenosas pero de poca astucia, que le sirven de alimento. Así también, rayo cuadernos y papeles con garabatos ilegibles. Los traduzco, para después traspasarlos a esa oscura máquina en forma de L y pantalla luminosa, ese genio inválido que debo enchufar a la red eléctrica para que no se desmaye. Ahí serán parte de una colección de documentos ordenados alfabéticamente, una mazamorra de letras y códigos altamente configurados que uso como carnada. Después, estas carnadas las amarro en anzuelos y redes sociales de nylon que dejo flotar libremente en las densas aguas del internet. Finalmente espero a que algún pececillo muerda esos señuelos y caiga en la trampa para que yo pueda alimentar mi hambriento ego.

Sucede también, es muy posible, un riesgo que elegí correr, que se pierdan entre las infinitas corrientes de mensajes, hundiéndose hasta tocar un fondo tan lúgubre y lóbrego, que ni el más submarino de los buscadores podrá encontrar.

Mi consuelo es ser como ese viejo salao y lanzarme al mar por no se cuantos días, tostarme el mate con el calor del sol y un letárgico aburrimiento, para no pescar más que una historia que contarle a algún muchacho soñador que siga la misma senda.


Coco,2012.

Colación

Dos hombres sentados en una banca en una plaza pública a las 2 pm.


- Sube el tabaco, la bencina, las pastillas, la leche, la lechuga…
- ¿Ah? ¿Como dijo?
- Sube el metro, los porotos, las lentejas y el arroz…
- ¿Qué?
- Y este libro que tengo en mi mano es más barato que la servilleta que cubría el pan que está comiendo
- ¿De qué me está hablando?
- No sabe usted como se desvalorizan las letras.
- ¿Yo a usted lo conozco?
- He visto libracos de muchos sabores a menor precio que una Coca-Cola de litro y medio.
- No le entiendo una sola palabra.
- Una imagen vale más que dos trillones de palabras.
- Usted lo ha dicho

Pueri: Ubi sunt?

A mis hermanos


¿Quién escribirá sobre aquellas luchas interminables en el sofá-cama? ¿Y la cazuela del domingo? ¿Y el bigote de Nesquik? ¿Y que el 97 lo ganamos todo con un Brasil más mítico y virtual que el de Zagallo? ¿Sabrán esos viejos de allá que inspiraron cuanta fortaleza y ataque sorpresa fue representada con Legos coloridos por niños de acá? ¿Volarán armados del poder supremo a esa batalla? ¿Se sabrán la flauta del primer castillo? ¿Llevarán con orgullo esos parches del pantalón manchados con pasto? ¿Correrán hasta que se caiga la noche todas las pelotas? ¿Pedirán maní en el entretiempo? ¿Sudarán de nervio cuando deban lanzar, desde la última línea del tirigane, ese Cirilo, ese Torito o la más foto-cromada bolita? ¿Quién grabará por ambos lados del casete? ¿Y quién chucha lanzará la espada cuando nos vayamos?